viernes, 20 de marzo de 2015

Bulgaria - Mi burro.

Fui bajando aquellos montes y atravesando el bosque hacia el primer pueblo bulgaro tras pasar la frontera, es decir, Malko Tarnovo. La vision de aquel pueblo me hizo comprender que me encontraba en un pais especialmente humilde. Las casas de ladrillo desnudo y materiales reciclados, carecian de color alguno, todo parecia viejo y gastado. Aquello me gustaba. Habia muchos gitanos, todos me miraban y reian, algunos ninos me decian "Hello!", las mujeres se avergonzaban si las miraba. Una senora a la que pregunte donde podia tomar un cafe, me dijo que en ningun sitio, pero que ella me invitaba a uno. Resulta que un ano atras habia alojado a una pareja de ciclistas franceses que daban la vuelta al mundo en tandem. Yo le podria haber insinuado un poco que queria alojamiento, pero era temprano y tenia ganas de continuar.

Segui por aquellos montes, me dirijia hacia el mar negro. Aproveche el rio para lavarme un poco, aunque el agua estaba helada, me sento muy bien. De vez en cuando, aparecia algun pueblo, que impresionaba por lo deteriorado que estaba todo. Pero aqui la gente vive tranquila, no tienen prisa por nada, hacen sus labores con esmero e intentan sacar lo maximo posible de la tierra. Las mujeres son muy fuertes, algunas cortan lena con una fuerza y agilidad impresionantes.












Me voy acercando a Burgas y a la costa, mi plan es bordear el mar negro hasta Rumania, un grave error. Cuando llego a la ciudad ya esta anocheciendo, aquello es un caos de coches y camiones. Tengo que salir de alli, hay niebla y llueve, y tengo que buscar un sitio en el que dormir. Pero la carretera es terrible, solo hay un pedacito de arcen en el que apenas entro y esta todo embarrado, todo el material se pone perdido y la transmision, muy sucia, empieza a chirriar. El trafico es lo peor, montones de trailers. Estoy desesperado, busco algun boton en la bicicleta que ponga "Abandonar", pero no existe tal boton, solo se puede seguir adelante. Tras 10km de sufrimiento encuentro un campo de futbol. Acampo alli e intento descansar.

Por la manana, el sol calienta la tienda. Hace un dia limpio y bonito. Eso me recarga de energia para continuar. Pero la carretera sigue siendo un desastre. El mar negro me resulta aburrido, y hay intentos de urbanizaciones por toda la costa, edificios a medio construir y con poco sentido, provocan un impacto visual horrible. El colmo ya es cuando llego a una ciudad llamada "Sunny Beach", el nombre ya me ponia los pelos de punta, pero cruzarla es peor de lo que me pensaba. Casinos, bares eroticos, hoteles, locales de tematica y decoracion hortera... Es como la Benidorm bulgara. Aquello es insoportable, me hace darme cuenta de que me estoy perdiendo Bulgaria, estoy pasando de refilon, no tengo nada que contar, no hay historias, no hay aventuras... Asi que, decido cambiar la ruta y desviarme al interior, no mucho, pero lo suficiente para escapar de aquel infierno turistico.










Unos 50km al interior y ya me siento de nuevo en Bulgaria. Me dirijo de nuevo al monte, y aquel dia sera el mejor desde el ya lejano octubre que empece a viajar. Hace una temperatura muy agradable, pronto empiezo a sudar y tengo que quitarmelo todo. Voy euforico, cuanto necesitaba un dia asi. Aquel mismo dia se preveian lluvias a la noche, asi que busque un techo. Habia un colegio abandonado, pero aquellas aulas aun con dibujos y carteles hechos por ninos me puso los pelos como alambres, asi que me quede fuera bajo un techo.












Como decia, Bulgaria es un pais muy humilde, mucha gente usa del burro y la carreta para moverse y transportar cosas. En los pueblos, algunas casas estan cerca de denominarse como chabolas, aunque de vez en cuando, aparece una mansion descomunal y desproporcionada que hace un contraste aberrante. Hay algunos pueblos que no me inspiran mucha confianza para pasar la noche en sus periferias, donde sus gentes vagan por las deterioradas calles sin pavimentar, los ninos juegan entre basura y se hacen candelas para esquivar el frio.












Por mi desconfianza, continuo aun cuando la noche esta al caer, parece que va a llover y no hay tiempo para ponerse a buscar un techo, pero mi testarudez no me deja conformarme con cualquier sitio. Al pasar por un pueblo, unos hombres sentados en una mesa bebiendo me saludan, yo continuo adelante, pero al ver en el horizonte el vacio, y que me quedan apenas 10 minutos de claridad, me doy la vuelta, voy hacia el bar donde estaban los hombres a tomarme algo, aquello me recuerdo mucho a un raki en Paris. Cuando vuelvo saludo otra vez y entro al bar a por una cerveza, pero solo venden botellas de 2l., asi que nada, botellon al canto. Pronto algunos hombres hablan conmigo, hay algun turco, que se emborracha y come cerdo. Al rato ya estoy sentado en la mesa con todos, no se como lo hago, pero siempre acabo con los mas borrachines de todos los paises, Dios los cria y ellos se juntan, supongo... A la noche, todos vamos borrachos ya, yo he decidido que voy a plantar la tienda alli mismo, a un metro de la mesa, pues hay un cesped. El dueno del bar, muy majo, me dice que me quede de seguridad, y me regala otra botella de 2l. de cerveza. Por la manana, a primera hora, me despiertan los mismos, vienen a seguir la borrachera. Yo me tomo dos cafes a los que me invita el dueno.










Este sera mi ultimo dia en Bulgaria. La carretera se vuelve un poco monotona, no hay mucho que ver. Pero si hay cosas pequenas de las que disfrutar, como sentarse en un arbol, comer algo y disfrutar del sol. Cosas que son gratis, cosas sencillas, cosas que me parecen increibles, como viajar en bicicleta. Una bicicleta y una tienda de campana son el instrumento perfecto para conocer el mundo y las gentes que lo habitan, un coche y un hotel no sirven para ese fin.










Me voy acercando a Rumania, voy a pasar la noche cerca de la frontera. Encuentro un lugar que me parece perfecto. Me como una lata de sardinas que me sienta mal, me sienta fatal. Y en la copa de un arbol un buho hace "uhuhhh, uhuhhh...", y en la carretera unos ninos jugando hacen "jajaja, jajaja...", y dentro de mi tienda mi estomago hace "grrrrrjjjhh, grrrjhhh...", y todo aquello en mi cabeza forma un remix que podria ser el proxima temazo del verano. Por la manana me siento mejor, hasta que veo algo que me estremece, hay una garrapata en la parte superior de la capa exterior de la tienda, esta esperando a que yo abra la escotilla para saltar sobre mi. La situacion es desesperada, hay que sacarla de alli, asi que me preparo, abro la escotilla y... Ya no esta, la hija de puta, como dije, ha saltado hacia mi. Pero la cazo y la saco antes de que se pierda por las partes mas ocultas de mi anatomia, que ni yo conozco. Recojo todo zumbando, me pica todo el cuerpo. Hay otra desgraciada que intenta colarse en una de mis alforjas, pero no le da tiempo.

Y asi me voy despidiendo de Bulgaria, el pais de los burros.






















Turquia - Vuelta al ruedo.

Despues de 2 meses en la granja, era hora de marchar, asi lo sentia yo. Habia descansado, recuperado los kilos perdidos (Y ganado algunos extras) y escapado a lo peor del invierno, que ya tenia sus dias contados. Me despedi de mis nuevos amigos y volvi a la carretera.











Al principio, me sentia deshubicado, me parecia haber abandonado el hogar y emprendido de nuevo este viaje. Pero segun pasaban los kilometros, mi cuerpo se sentia bien, no habia olvidado aquellas sensaciones, mas bien las anhelaba. El sol acompanaba, y eso era de agradecer. Los coches pitaban a mi paso y la gente me saludaba. Todo era tal y como lo habia dejado 2 meses atras.











Aquel primer dia acampe pronto, tras unos 70km. Me parecio que no habia perdido tanto tiron como pensaba. Se me hizo raro volver a meterme en aquel pequeno habitaculo y a estar solo. Pero no estaba mal, y eran sensaciones comprensibles para un primer dia de mi vuelta al ruedo.

A las 4 de la manana sonaron los tambores, la lluvia habia vuelto. Me habia esperado ansiosa durante 2 meses, y por fin, ahora que me tenia a tiro, arremetio contra mi sin piedad. Yo no podia dormir, no por el ruido, sino por lo que aquello significaba, un duro, humedo y pringoso dia de "cicloaquaturismo". Pasaban las horas y no cesaba, amanecio y yo me negaba a salir de la tienda, no estaba preparado para afrontar aquella realidad. Alli me quede metido hasta las 11:00, viendo que ya era inevitable. Abri la escotilla, y le dije: "Hola cerda, aqui me tienes.", recogi y me puse al lio. Cuando me incorporaba a la carretera, me quede estupefacto, tras 5000km sin pinchar, aquel preciso momento, bajo la lluvia, iba a ser el primero. No tenia camara de repuesto, solo unos parches, y no recordaba haber visto pegamento alguno. De todas maneras, no me iba a poner bajo la lluvia a desmontarlo todo. La infle, e increiblemente aguanto todo el camino.

Cuando llegue a un pueblecito llamado Yenice, decidi parar, era agotador toda aquella situacion y no merecia la pena continuar en aquellas condiciones. En estos casos, lo mejor es entrar a un bar y darse un caprichito. Eso hice, era la hora de comer y me zampe 5 hamburguesitas a la parrilla, y como no escampaba, me fui a tomar un te. Alli se estaba muy calentito, los viejos jugaban a las cartas y en la tele daban una noticia que olia a propaganda politica; 3 militares alzaban la bandera turca al mas puro estilo americano, y esta escena se repetia una y otra vez. Los viejos me preguntaban de donde venia y luego me invitaban a mas te. La lluvia seguia sin parar, pero eran las 16:30 y queria avanzar un poco mas, asi que, me arme de valor y volvi al ruedo.

Mas adelante, no mucho mas, decidi parar. Necesitaba un techo para aquella noche, era absurdo dormir a la interperie con aquel tiempo. En un pueblecito llamado Erenler, vi una estructura que me serviria bien aquella noche. Pero mientras iba desmontando el tinglado, un viejo curioso y mudo se me acerco, ya ves, encima de hablarme en turco, no hablaba. Yo le explique que queria pasar la noche alli, entonces el, me nego esa posibilidad y me hizo senas para que le siguiera. Me llevo a una habitacion y me dijo que podia pasar la noche alli. No era gran cosa, estaba sucia y olia mal, pero tenia luz y podia cargar el movil, y ya no digamos, dormir bajo un techo. Ademas, he dormido en sitios peores, asi que se lo agradeci de corazon. Luego me fui al bar y segui recibiendo invitaciones a te. Jugue con los viejos al "rami" y gane. Seguia teniendo suerte, todo estaba como lo habia dejado.










Por la manana, volvi al bar donde me invitaron de nuevo a te y a un bocata de queso. Seguia lloviendo, era una lluvia fina, como pulverizada, que te empapaba en pocos segundos. En el siguiente pueblo busque un taller para arreglar el pinchazo. Me encanta como desarrollan los tramites aqui, no importa si es el la peluqueria o en el taller, no hay prisa, y las esperas se aderezan con te, que aparece como por arte de magia en una bandeja que porta un agil camarero.

Tras pasar por Kirklarelli, me dispuse a ascender hacia Derekoy, el ultimo pueblo en la frontera con Bulgaria. Pero no llevaba ni 100m que me volvian a llamar para una invitacion, esta vez a cafe turco. Este cafe muy fuerte y de sabor peculiar, se toma solo, su preparacion es simple; En un cacito pones agua, le pones el cafe y le pones azucar al gusto, lo dejas al fuego y debes estar atento, pues en el momento exacto en el que la mezcla empieza a subir, debes retirarlo, o lo pones todo perdido. A pesar de las complicaciones y los dias duros, la gente sigue siendo ese apoyo y pausa tan agradable que uno necesita.










Llego la niebla, con su traje blanco lo cubrio todo. Yo llegue a Derekoy, donde pensaba tomar algo y tirar la tienda por los alrededores. Entonces recibi una mala noticia que me cabreo mucho, estaba tan cabreado y confuso que me volvi a montar en la bici para quemar toda aquella frustracion a golpe de pedal. La frontera estaba a 10km y habia que ascender. Pronto anochecio, y aquel bosque, bestido con aquella niebla de seda en la oscuridad, cobro un aspecto tenebroso. Aquella noche habia un nino montado en una bicicleta, vagando solo y perdido por un oscuro bosque, ese nino tenia miedo, y ese nino era yo. Aquello no era mas que la paradojica vision de como me sentia por dentro, solo, perdido y desesperado. El corazon queria escapar del pecho, de mi mente ocurrian sombras siniestras que se movian entre los arboles deshojados, eran mis demonios. Y aunque todo mi cuerpo decia "ni un metro mas", mi alma no cedia al cansancio, pues sabia que el absoluto silencio la atraparia si paraba. Aquellos 10km me parecieron 100. Una luz parpadeante se dislumbro entre aquellas tinieblas, era mi estrella, habia alcanzado la frontera.












Me acerque a la ventanilla aun con la respiracion alterada y el sudor caliente. Le intente explicar que pasaria la frontera manana, necesitaba descansar, y queria saber si habria por alli un lugar para evadirme de aquel lugar. De muy malas maneras, me indico que me fuera al bosque... Acampe donde pude y pase la noche no demasiado mal, el agotamiento me hizo dormir de seguido. Al dia siguiente le entregue el pasaporte, y ella, me lo devolvio con un par de dulces...