domingo, 30 de noviembre de 2014

Croacia - Welcome to Zagreb.

Entré en Croacia y rapidamente me dirijí a Zagreb. Quise entrar a lo grande, desde lo alto, subiendo por el parque Medvednica. La subida larga y entretenida, por un paisaje boscoso y muy bonito. Fue un poco dura, pero mereció la pena, me regaló unas magnificas vistas de por donde había venido y otras panorámicas de la ciudad de Zagreb. La bajada fue también larga y me dejó justo en la ciudad.




Subir cansa.

Zagreb.

Y bajar da frio.




A pesar de que lo que había visto hasta ahora en Croacia eran todo pueblos humildes, e incluso alguno diríais que cutres, todo cambiaría cuando llegué a Zagreb. Una ciudad espectacular y llena de vida, con un ambiente cosmopólita, gente joven, guapa y muy bien vestida. También rebozaba arte, cultura, y mucha fiesta. Una ciudad interesante en la que decidí pasar unos días para descansar y reorganizar mi viaje. Ningún warmshower contestó a mis mensajes, así que tuve que cambiar el plan.








La primera noche en Zagreb fue un desastre, estaba desesperado por encontrar un sitio donde dormir. Busqué albergues, pero solo di con uno y estaba completo. Era ya de noche en la capital, hacia frío y yo estaba tremendamente agotado. Acabé poniendo la tienda, a la desesperada, detrás de una nave. Lo cierto es que pasé la noche, y eso era más que suficiente.

Por la manana, me puse en marcha, esta vez encontraría un albergue sí o sí. Di con uno en todo el centro, estaba bastante bien de precio y calidad. Pagué 8€ por una cama, además, tenía un bonito salón con bar y ordenadores, servicio de lavanderia y cocina. Y porsupuesto, mucha gente yendo y viniendo. El albergue se llama ''The Brit Hostel'', y es 100% recomendable si queréis pasar alguna noche en Zagreb y no habéis conseguido que os hospeden.









Pasé 2 días allí, cogiendo kilos a base de pekaras, un snack típico de estos países, que pueden llevar cualquier cosa, dulce o salado, y están muy ricos y a muy buen precio. También aproveché para ducharme, 2 veces por día, descansar bien, charlar con otros viajeros y buscando el dichoso alcohol metílico, imposible de encontrar. Se ve que está prohibida su venta, creo que es porque la gente de pocos recursos se lo bebe como sustituto del vodka, y evidentemente es un veneno letal. Así, que sigo sin poder cocinar en mi ''Mini Trangia'', y estoy un poco harto ya de bocadillos y porquerías.








Me obligué a abandonar la ciudad que me estaba enganchando y comiéndose mi presupuesto. No me acordé lo más mínimo de mi bicicleta, estaba muy agusto allí. Pero hay que continuar, aún hay mucho que ver y mucho que vivir.








I love Zagreb...

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