domingo, 30 de noviembre de 2014

Eslovenia - Noches eslovenas, aveces malas, aveces buenas.

...Me doy cuenta que desde que empecé este viaje, la noche ha dejado de ser una parte indiferente de mi vida, esa parte en la que solo me dedicaba a cenar, ver la tele, chatear hasta tarde, y porsupuesto, dormir como una marmota. La noche no tenía ningún aliciente para mí, nada podía ocurrir en la seguridad de mi casa. Pero eso ha cambiado, ahora miro desde la calle a las ventanas de las casas y veo a las personas viviendo esa misma indiferencia nocturna. En mi caso, esa parte se ha convertido en todo un quebradero de cabeza. La aventura está servida en las oscuras noches de un viajero en bicicleta...






Las noches eslovenas están alcanzando los dos extremos, pueden rozar la perfección, o, el desastre. Obviamente no os interesaría saber sobre las buenas, ni yo tengo ganas de contároslas, pues solo podría decir que dormí bajo un manto de estrellas y descansé como un bebé en la cuna. Vamos, que ya está muy visto, así que vamos con el drama.




Noche I

Después de visitar la capital eslovena, se me hizo un poco tarde y tenía que alejarme de la ciudad para encontrar un buen sitio en el que dormir. El caso es que no me apetecía meterme en la tienda a las 5 de la tarde, así que me fui a un bar a tomar unas ''pivos''. Echaban en la tele un partido de futbol, Eslovenia-Inglaterra, un momento perfecto para sociabilizar con los eslovenos. Aquí el futbol se vive de otra manera, incluso yo, que no me gusta, le ponía más emoción que los locales. Pues no os digo que cuando marcó el primer gol Eslovenia hubo un silencio absoluto, ni un puno en alto, ni un ''Gooool!!!'', nada. Excepto yo, que no pude contenerme y mostrar mi alegría por el tanto. Todos me miraron y se rieron...

Bien entrada la noche ya, y también la cogorza, me dispuse a buscar un lugar para tirar mi tienda. Había empezado a llover y yo estaba deseando de parar ya. Me topé con un puesto de comida rápida, detrás tenían una carpa con mesas y sillas, y detrás, un jardín. Pensé que era buena idea comerme un perrito caliente, y de paso, preguntar si podía poner la tienda en el jardín. No hubo ningun problema, y sin pensar lo más mínimo, puse la tienda en el primer sitio que vi.

A las 9 estaba durmiendo, pero por poco tiempo. A las 23 empiezan a llegar coches al fast food, yo me he puesto justo en frente del aparcamiento, los coches me dan con las luces y la gente pasa por al lado comentando a voces quién será el idiota que está durmiendo ahí. Todo este espectaculo de luces y sonidos durará hasta la 1, cuando el puesto cierra. Yo hasta entonces no he pegado ojo. Así que vuelvo a conciliar el sueno, por poco tiempo, otra vez. A las 3 empieza a caer un chaparrón tremendo, no puedo dormir y estoy viendo como el cesped esta cada vez más inundado. Se ve venir el problema, pero prefiero no creerlo. A las 3:30 ya me lo puedo creer, Habéis dormido alguna vez en una cama de agua? Pues yo tengo la misma sensación, la única diferencia es que en mi cama de agua, el líquido elemento penetrará en pocos minutos, lo sé porque lo he leído. Y efectivamente, el agua empieza a penetrar el suelo, aquello ya no es una tienda de campana, si no un barco, y está naufragando con toda la tripulación en un charquito de agua y barro.

Tuve que abandonar el barco y coger todas mis cosas, solo había un sitio posible al que ir, la carpa del fast food. Allí me metí, me tumbé en un banco, me tapé con el saco y volví a conciliar el sueno. Habéis acertado, por poco tiempo. A las 5 me vuelven a despertar, esta vez un coche, del que baja una mujer y se dirije hacia la carpa. Es la limpiadora, cuando entra y me ve, se le queda la misma cara que a la de la película ''Psicosis''. Pero mujer, que no te voy a matar, estoy metido en un saco... Gracias a Dios habla ingles y le puedo contar mis problemas y mis penurias. Al final llama a su jefe para preguntarle si puedo dormir allí, y este le dice que . Rapidamente sigo durmiendo, pero a las 7 vuelvo a despertar y a continuar con el viaje. Esta ha sido la peor noche que he pasado hasta el momento.



Noche II

Estoy cerca de Ormoz, esta es mi última noche en Eslovenia antes de cruzar a Croacia. Voy buscando un sitio con techo para poner la tienda y no volver a mojarlo todo. Los días están siendo soleados y las noches lluviosas, ya no caigo más en la trampa.

Está apunto de anochecer, entonces veo un campo de futbol y detrás una estructura, como una pérgola. Está en un camino de tierra embarrado, sin luz y que no lleva a ningún lugar en especial. Quién va venir aquí? Es imposible que alguien venga, me autoconvenzo de ello. Así que pongo la tienda bajo el techo y como algo. Estoy un poco inquieto, no paro de decirme que es imposible que alguien venga aquí de noche.

Son las 22:30, me despiertan unas voces que se acercan por el camino. Me quedo petrificado, no lo puedo creer, Quién puede venir aquí ahora?, Y con qué motivo?. Voy oyendo como se acercan, como sus pasos vienen directos a donde estoy yo. Hasta que los tengo justo en frente, entonces abro la tienda con muchos cojones, si quieren problemas al menos que sepan que tienen a un digno oponente. Y vaya oponente, metido en el saco parezco un espermatozoide atrapado en un condón. Por si fuera poco, estos dos individuos son gigantescos, no les veo la cara en la oscuridad, pero son inmensos. Nos quedamos unos segundos mirándonos, entonces yo les pregunto si hablan inglés, ya sabéis, para contarles mis problemas y mis penurias. Ellos dicen algo entre risas y se van a un lado a fumar un cigarrillo. Resulta que sus voces son de adolescentes, y ya lo entiendo todo, son dos chabales que le han quitado un cigarro a su madre, y han pensado que este era el mejor sitio para que no les pillaran!

Ya de perdidos al río, salgo de la tienda y les digo en espanol ''Eh tu, dame unas caladas que menudo susto me habéis dado.''. Lo entienden a la primera, y allí estamos los 3, sentados fumándonos el cigarrillo. Cuando acaban se despiden de mi, ''Adijo brother!'', y se van. Entonces puedo dormir tranquilo. Poco después empezaría a llover muy fuerte durante toda la noche. Así que estoy contento de estar allí, a pesar del susto, pues si hubiera puesto la tienda al raso habría sido un desastre total. Y a la manana siguiente, me encuentro un bonito cuchillo suizo que corta de maravilla. Ya tengo 3, eso sí, cuchara y tenedor ni uno.






 

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