lunes, 1 de diciembre de 2014

Croacia - Buceando en la niebla.

- Mírame fijamente a los ojos, cuando cuente 3 dormirás profundamente. ...1 ...2 ... 3... ¡Duerme!... ¿Dónde estás ahora?

- He salido de Plitvicki, voy hacia Knin, he entrado en una llanura y estoy buceando.








- ¿Buceando?, ¿Dónde?.

- En la niebla.

- ¿Cómo es eso?.

- Es como bucear en el mar, pero distinto. Te sumerges en un oceano de leche pulverizada, no ves más allá de 10 metros, los colores están apagados y difuminados, sientes que el tiempo se ha detenido y hay un silencio atronador.








- ¿Dónde estás ahora?.

- Sigo en la llanura, la niebla se ha disipado y puedo ver el paisaje. Es precioso, siento que estoy lejos de todo, perdido. Pero más adelante, vuelvo a sumergirme en la noche blanca, es asfixiante, siento que me ahogo en ella, aunque pueda respirar.








- Sigue contándome, ¿Qué pasa ahora?.

- Voy pasando junto a un campo militar, hay tanques custodiando la entrada. Pone que está prohibido hacer fotos, pero yo hago una. Voy hacia Ubdina, estoy desesperado, se me hace de noche, y ya es bastante complicado ver a través de la niebla. Tengo que encontrar un sitio para dormir. Entonces, empiezo a ascender, pedaleo con fuerza, intentando sacar la cabeza y respirar. Lo consigo, y tengo ante mi, una magnífica puesta de sol entre montanas, un cielo azul y despejado, y por debajo el manto blanco.











- ¿Qué haces ahora?.

 - Estoy poniendo la tienda frente al atardecer. Me voy a tomar unas cervezas, estoy contento porque creo que hoy volveré a ver las estrellas después de mucho tiempo. Cuando salgo del bar, ya es de noche, la niebla ha vuelto y no consigo encontrar el camino que lleva a mi tienda. Me lleva un rato dar con el. Hoy tampoco veré las estrellas.

- Y al día siguiente, ¿Qué ocurre?.

- Veo la claridad, pero me cuesta salir del saco, estoy muy calentito en el, y solo con asomar una mejilla puedo notar que hace mucho frío. Lo peor es que la niebla sigue allí, hoy también voy a bucear en ella. Pero mientras voy descendiendo consigo evitarla y ver el horizonte. Aquí no hay nada, pueblos abandonados, alguna granja, cementerios olvidados, pero nada más, es extrano. Más adelante he vuelto a subir, buceo inquieto por aquel mar, estoy solo y no sé dónde estoy. No estoy mal, pero tampoco estoy bien, solo suspendido en el tiempo, luchando por sacar la cabeza y respirar aire, ver colores, sentir la vida pasar.










- ¿Dónde has llegado?.

- Depués de una larga subida, vuelvo a bajar. El paisaje se expande, la niebla se disipa, puedo ver la superficie a lo lejos, puedo ver luz, y creo que más allá hay un cielo azul esperándome. Sigo bajando, voy lo más rápido que puedo, tengo ganas de sonreir. Ya la veo, la siento, la tengo en mis manos.

- ¿Qué sientes?, ¿Qué tienes en tus manos?.

- La vida...

- Cuando cuente 3, vas a despertar. ...1 ...2 ...3 ...¡Despierta!. 





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